Los últimos resultados del proyecto Genographic de National Geographique, llevado desde años, acaban de romper el silencio sobre las relaciones entre las poblaciones humanas en general y sobre unas verdades históricas sobre las poblaciones del Norte de África, que mucha gente suele considerarlos como si fueran poblaciones árabes, provenientes del Próximo Oriente. A pesar de estos resultados que podrían ser contradictorios, lo curioso de estos es que el pueblo norteafricano que cuenta con más genoma árabe es el egipcio, y lo tiene con una proporción de 17% cuando el genoma de origen amazigh es de 68%. Un porcentaje que sube hasta el 88% en el caso de los tunecinos. De los genes asiáticos de origen árabe, solo cuentan con 4% (https://genographic.nationalgeographic.com/reference-populations/).
Pero ante todo, tenemos que preguntar que es la antropología genética que está revolucionando la ciencia de las poblaciones y el origen de las especies y del hombre. Esta disciplina científica denominada también antropología biológica o molecular, fue defendida por el italiano Luca Cavalli-Sforza (Gènes, peuples & langues, Odile Jacob, Paris 1998) en los años ochenta y que recientemente está tomando una importancia extraordinaria hasta tal punto que está desarrollando milagrosamente los arboles de las poblaciones de la actual humanidad.
Así, la antropología genética en el Norte de África y en Marruecos cuestiona las hipótesis y teorías, como el ampliamente promocionado por los libros de texto oficiales, de que los amazighs provienen del Yemen o de la península arábiga.
Uno de los primeros en mostrar interés en este tema es sin duda el inmunólogo de la Universidad Complutense de Madrid, el Dr. Antonio Arnaiz-Villena, autor de varios artículos científicos y dos publicaciones de referencia (“El origen de los vascos y de los otros pueblos Mediterráneos” y “Egipcios, bereberes, guanches y vascos”, co-editado con Jorge Alonso García, por la Editorial Complutense de Madrid, publicadas respectivamente en 1998 y 2000), y quien estudio la relación genética de las vascos con otros pueblos, y comparándolos con diversas poblaciones del Mediterráneo, y por consiguiente, llego a levantar el misterio que rondaba sobre los orígenes de las poblaciones auténticamente ibéricas, como son los vascos, y descubrir las relaciones de estos con las poblaciones indígenas del norte de África, que son los Amazighs, conocidos bajo el termino de bereberes.
Antes de ver los sorprendentes resultados del equipo de Arnaiz, una pequeña presentación de la antropología genética se impone aún. Como todo el mundo sabe, los núcleos de nuestras células contienen cromosomas que se componen de ADN, que incluye toda nuestra información genética, información sobre son nuestros órganos, nuestro color de piel, la forma de la nariz, la textura de nuestro cabello, etc. Pero lo que no sabíamos antes, es que dicho ADN, cuando llegamos a descifrar su código, aparte de explicar la evolución de las especies, nos puede informar de nuestra historia y de las migraciones de las poblaciones humanas a través los continentes.
En el caso del equipo del Profesor Arnaiz, no se ha basado en ADN mitocondrial (ADN-mt de las mitocondrias) que se transmite por completo de la madre a los niños y niñas, sino se ha basado en las mutaciones en el ADN de las inmunoglobulinas, que son proteínas denominadas anticuerpos, y producidos por el sistema inmunitario en respuesta a una agresión externa, como pueden ser las bacterias infecciosas. Estos genes “HLA” de inmunoglobulinas en la sangre se utilizan para caracterizar los grupos de población. Estos estudios se llevaron a cabo por el Departamento de Inmunología del Hospital de 12 de Octubre para estudiar el grado de rechazo de órganos que se trasplantan de una persona a otra.
De acuerdo con los resultados obtenidos, que se resumen en el artículo de Antonio Arnaiz-Villena titulado ‘ Genética de los bereberes: emparentamiento con ibéricos, vascos y otros antiguos mediterráneos « , publicado en nuestra obra » Estudios Amaziges, sustratos y sinergias culturales, Editores Vicente Moga Romero y Rachid Raha, Melilla 2000 « y disponible en la página 67 de esta web: http://rachidraha.com/PDF/Estudios%20Amaziges.pdf, encontramos estos siguientes datos y nos revelan algunas y sorprendentes resultados, según las distancias genéticas entre algunas poblaciones:
• Que los vascos son genéticamente muy cercanos de otros españoles y de los portugueses, y que han conservado desde el neolítico el primer idioma de las poblaciones ibéricas, a saber el eusquera, que parece que está más cerca lingüísticamente de los antiguos dialectos amazighies.
• Que las actuales poblaciones ibéricas (los portugueses y todos los pueblos de las diferentes autonomías de España), como los italianos del sur y de la isla de Sicilia, están más cercanos genéticamente de los Amazighs y de los argelinos, que de las poblaciones europeas al norte de los Pirineos (los galos, los anglo-sajones, los alemanes, flamencos, o los vikingos del Norte de Europa …)
• Que los argelinos arabo-parlantes, que se creen de identidad « árabe », son más bien primos cercanos de los Amazighs marroquíes, pero están muy distantes genéticamente de las poblaciones del Líbano, o de los paises del Próximo Oriente, sean auténticos árabes o persas. Estos “árabes” libaneses son los primos más cercanos genéticamente de los israelíes. Árabes e Israelitas tienen el mismo origen pero las religiones monoteístas les han separado por interminables conflictos!
• En cuanto a los marroquíes, la comparación de las personas de habla árabe de Essaouira con los Amazighs de Agadir, nos revela un estrecho parentesco, lo que significa que todos los marroquíes, que se creen « árabes » o no, y por extensión, todas las poblaciones del África del Norte, son todos de origen amazigh, y que algunos han comenzado a arabizarse a raíz de su conversión al Islam desde la época medieval. Pero el fenómeno de arabización se acelero especialmente a raíz de las políticas de asimilación forzada por la ideología arabo-islamista, emprendidas por los llamados políticos nacionalistas, y que últimamente se está radicalizando a favor de las tesis de los salafistas. (Ver: http://www.agoravox.fr/tribune-libre/article/les-maghrebins-ne-sont-pas-des-141092). De este modo, los aportes genéticos de las tribus árabes (como los Banu Hilal, Banu Maâqil …) que vinieron en la edad media se diluyeron en el fondo genético de las poblaciones indígenas, con la excepción de los Judíos que han mantenido una cierta identidad genética autónoma, debido a su tradición de matrimonios endogámicos y de vivir en comunidades más o menos encerradas sobre sí mismas.
Claro está que estas investigaciones se realizaron en el contexto de la ciencia y de las ciencias de la salud, difícilmente aceptables por los nacionalistas arabo-islamistas. Estas comparaciones genéticas de las inmunoglobulinas o de los anticuerpos realizadas sobre personas de diversos países de todo el Mediterráneo, por el equipo del Dr. Arnaiz, muestran por ejemplo, que en el caso de que un ciudadano español necesitaría un trasplante de corazón, éste podría aceptar un corazón de un marroquí mejor que de un francés, aunque este último es su vecino más cercano geográficamente. Tomamos otro ejemplo, un ciudadano de Argelia que necesita un trasplante de un riñón, éste aceptaría mejor el que le puede ofrecer un siciliano cristiano que un palestino árabe-musulmán, porque los argelinos están más cercanos genéticamente con los sicilianos que con los árabes del Medio Oriente. Al contrario, el rechazo de órganos es más pequeño entre los palestinos y sus enemigos jurados que son los israelíes, ya que comparten un fondo genético común, y suelen ser más cercanos de los iraníes y de los europeos del Norte, al ser descendientes del hombre de Palestina y del Cromañón europeo! Pero no olvidemos de que el hombre de Palestina como el resto de la humanidad provienen de nuestro continente africano, sea del hombre de toumai o de Lucy!
Según los resultados de sus primeros estudios genéticos sobre los Amazighs, el profesor Antonio Arnaiz-Villena concluye: « Probablemente existió una gran población a lo largo del desierto del Sahara y en el norte de África podría haber una lengua común y posiblemente, una identidad genética; este pueblo fue forzado a emigrar en la época de las fluctuaciones climáticas de desertización que sucedieron en los últimos 18.000 años (después de la última glaciación), y solo cuando se desertizó y se hizo difícil sobrevivir, definitivamente emigró masivamente hacia las costas del norte del Mediterráneo (Península Ibérica, el sur de Italia, islas del Mediterráneo occidental), hacia a las islas del Atlántico (Canarias) y hacia el este (Egipto ) (después de 6000 años antes de Cristo). »
En última instancia, la antropología genética dice que los antepasados de los Amazighs, de todos los norte-africanos, ya sean amazigho-parlantes o árabe-parlantes, como los ibéros, los italianos del sur, los guanches y los egipcios provenían del Gran Sahara, donde sus antepasados dibujaron maravillosamente las mejores pinturas rupestres de la humanidad, y que se recogieron en los famosos libros de Henri Lhote y de Malika Hachid.